Uno de nuestros objetivos al diseñar el Club de REI era tener un material que se pueda adaptar a las diferentes situaciones que los profesionales nos encontramos cuando trabajamos con niños y niñas. Hoy queremos enseñarte ejemplos prácticos de cómo hemos adaptado algunas cartas para que se adapten al niño o niña con el que estamos trabajando. ¡Vamos allá!
Personalización para niño con Autismo
Las personas con Trastorno del espectro del autismo, independientemente de si son adultos o niños, suelen experimentar con frecuencia niveles elevados de enfado o ira. Varios elementos se combinan para provocar estas emociones intensas:
- Necesidad de invarianza. Las personas con TEA se sienten más cómodas en entornos y situaciones que pueden anticipar. No obstante, el día a día está lleno de situaciones espontáneas o inesperadas que puedes causar frustración, ansiedad, irritabilidad o enfado.
- Alteraciones sensoriales. Muchas personas con TEA presentan hipersensibilidad a ciertos estímulos, así como aversiones relacionadas con los estímulos sensoriales.
- Menor flexibilidad cognitiva. Las personas con TEA presentan patrones de pensamiento muy rígidos, que a su vez provocan la experimentación de estados emocionales intensos.
- Problemas de comprensión. Las alteraciones en la comunicación y/o los déficits en la interpretación del comportamiento social pueden llevarlos a experimentar problemas en la interacción social, que se convierte con frecuencia en un foco de ansiedad y duda.
En este caso, la adaptación que realizamos fue un peque de 8 años, al que llamaremos Pablo. En este caso, el enfado solía venir porque en muchas ocasiones las personas no respetaban las reglas, por ejemplo, hacían trampas al jugar o hablaban en clase cuando la maestra había pedido silencio. Como era un niño con mucha energía y le gustaban los juegos físicos, decidimos incorporar a las técnicas de reducción del enfado ciertos elementos: un saco de boxeo (que aparece en la carta) y otros elementos que se podían manipular como cuerdas de goma para estirar y unos peluches a los que podía abrazar fuerte.

Personalización para niña con hermana pequeña
La llegada de un hermanito o hermanita es un motivo de alegría para muchos niños y niñas. Pero a la hora de jugar, tener compañía no siempre es algo agradable. Eso le pasaba a Alba de 9 años. Es una niña responsable y muy cuidadosa con sus juguetes y materiales. Pero su hermana pequeña, de 6 años no actuaba igual. La hora de jugar en casa se había convertido en un campo de batalla. Los intentos de la familia por enseñar a compartir habían desencadenado en Alba un poco de resentimiento, creía que “por ser la mayor” siempre salía perdiendo.
En este caso, nos interesaba trabajar con ella situaciones específicas que le ocurrían con su hermana y entrenar las conductas alternativas. La familia había separado los juguetes de manera que cada una tenía «los suyos» con idea de que no usaran los juguetes de la otra. Pero, la hermana pequeña tenía preferencia por jugar con los juguetes de la hermana mayor. Como estrategia para la familia, se decidió añadir además un grupo de juguetes «compartidos»: juegos cooperativos, juguetes antiguos, material de manualidades y muñecas para compartir. Esto nos daba más posibilidades de generar conductas alternativas deseables entre las hermanas.
Queríamos que Alba encontrase diferentes formas de hacer frente a las situaciones difíciles por lo que establecimos 3 estrategias principales: enseñar a su hermana como podía jugar con su juguete sin estropearlo, pedirle a Mamá que le cambien el juguete de «ella» por uno de los «compartidos» o pedirle a su hermana que dejara el juguete y avisar a mamá de que lo había hecho.

Personalización creativa
Con Elena de 10 años, usamos principalmente el nivel 2 del Club de REI. Elena había cambiado de colegio hacía pocos meses y en los primeros días tuvo un encontronazo con una de las chicas “populares” de su clase. Aunque no había producido conductas graves ni acoso escolar, Elena había empezado a pensar que “todos estaban en su contra por ser la nueva”. A Elena le gustaba dibujar y le pareció divertido cambiar una de las cartas especiales una vez que finalizamos el entrenamiento. Al ser más mayor, la carta de socia del Club de REI no era tan motivadora. En este caso, nos hizo su propia creación del comodín. En ella, Elena se representaba a sí misma con ahora que ya conocía todas estrategias y por eso podía “usar cualquier carta” en el momento que la necesitara. Le hicimos una copia de esta carta para que se la quedara. Le servía como recordatorio de lo que había conseguido y también era una especie de «talismán» que podía llevar para acordarse de poner en práctica las estrategias.
Últimas recomendaciones
¿Con qué materiales puedo pintar las cartas?
Para pintar las cartas, lo mejor que podéis usar son los rotuladores de alcohol. Así, se quedarán fijados los colores y no habrá riesgo de que se borre o se emborronen los dibujos.
¿Cómo proteger tus cartas?
Creemos que puede ser muy útil plastificar las cartas. Así, podemos escribir sobre las cartas personalizables o proteger las cartas del desgaste. La opción más cómoda es comprar unas fundas transparentes (ya vienen preparadas para meter la carta dentro y cerrarlas en la parte de atrás con un borde adhesivo). Nosotros las tenemos en tamaño estándar, 64 x 89 y quedan totalmente ajustadas a la carta. También se pueden usar el papel de forrar libros o una plastificadora de manualidades.